Indefensión aprendida
La indefensión
aprendida es un tecnicismo que se refiere a la condición de un ser
humano o animal que ha "aprendido" a comportarse pasivamente,
con la sensación subjetiva de no poder hacer nada y que no responde a pesar de
que existen oportunidades reales de cambiar la situación aversiva, evitando las
circunstancias desagradables o mediante la obtención de recompensas positivas.
La teoría de indefensión aprendida se ha relacionado con depresión clínica
y otros trastornos
mentales "resultantes" de la percepción de
ausencia de control sobre el resultado de una situación. Esto no es del todo
cierto ya que no es un buen análogo clínico (no son totalmente comparables
ambas situaciones aunque a nivel "sintomático" se parezcan, es por
ello que en investigación se ha usado la indefensión aprendida como análogo
clínico de la depresión); es más, el comparar una situación adversa que se
percibe como incontrolable (pero que realmente no lo es) con un trastorno o
"enfermedad" mental sería una forma de contribuir a crear una
indefensión aprendida: implícitamente se está negando la posibilidad activa
(sujeto agente) de cambio que la persona tiene pasando de un lugar (locus) de control interno a uno externo
en donde la persona acaba asumiendo que la responsabilidad de esa situación es
suya y nada puede hacer ("estoy enfermo, deprimido, no puedo hacer nada
salvo ser pasivo/=paciente", etc.) para cambiar el medio o el contexto y
mejorar su situación.1
A aquellos
individuos que han sido ineficaces o menos sensibles para determinar las
consecuencias de su comportamiento se dicen que han adquirido indefensión
aprendida.
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